Leer la Plata

Es mucha la información, además de la lectura formal y artística, que nos proporciona una obra. Mediante el desmontaje de sus distintas partes podremos acceder al interior de las piezas para obtener mejor información sobre cómo está realizada la obra, qué materiales y técnicas empleó el orfebre para realizarla o qué grado de intervención ha tenido a lo largo del tiempo. Es este aspecto el que pretendemos destacar, la lectura de una obra a través de las marcas que diferentes personas dejaron en ellas. Aún a riesgo de dejarnos alguna, podremos encontrar diferentes marcas, siempre dependiendo de la época de realización de la obra.

Punzones

Según épocas, pueden ser marcas de garantía o de autoría, existiendo algunas referencias a marcas de propiedad.

En la Edad Media pertenece la exclusividad al encargado de las cecas de las distintas ciudades, de marcar las piezas con el punzón de las mismas, tras garantizar la calidad del material empleado. Así, lo más frecuente es que las obras únicamente lleven la marca del centro de producción. Más tarde los orfebres marcarán con sus propios punzones las piezas, mostrando así la autoría de la misma, junto con los punzones del marcador -el funcionario de la ceca que garantiza la calidad del material- y de la ciudad. Ya en época industrial, y concretamente relacionada con la platería doméstica, encontramos punzones que determinan la ley con la que está elaborada la obra, mediante números o con la conocida estrella que indica la plata ley (925 milésimas).

Lamentablemente, en orfebrería y platería contemporánea encontramos ejemplos que llevan a confusión, pues se marca el material como plata de ley cuando en realidad hacen referencia a un recubrimiento de baño de plata.

Los punzones son marcas fundamentales a la hora de estudiar obras de orfebrería, donde exceptuando el trabajo de Fernández, A., Munoa, R., & Rabasco, J. (1984). Enciclopedia de la plata española y virreinal americana, ciertamente echamos en falta un estudio unificado que actualice los distintos estudios parciales que en este campo se han ido realizando a lo largo de los últimos años. Sería una herramienta fantástica para cualquier investigador, la recopilación de una base de datos suficientemente contrastada y actualizada, para poder profundizar en el conocimiento de nuestro patrimonio.

Buriladas

Son fundamentalmente de época medieval. Se trata de marcas en zigzag, resultantes de la extracción de una muestra de material con un buril. Esta muestra se comparaba para determinar la calidad del material empleado, y así recibir el punzón de la ciudad, que garantizaba de este modo la solvencia de la pieza.

Inscripciones

Son marcas de muy diversa índole. Nos referimos a todas aquellas leyendas, incluidas en la decoración o no, que aportan información sobre autoría, propiedad, localización, etc. Puede tratarse de inscripciones realizadas en el momento de la creación de la obra o posteriores, pero más allá de la información literal que proporcionan, pueden funcionar como verdaderos elementos decorativos.

Marcas de montaje

En el interior de las piezas nos encontramos un sinfín de marcas que sirvieron al orfebre para ubicar correctamente las distintas piezas que componen una obra. Son marcas utilizadas para poder desmontar una pieza y después reubicarla en el lugar concreto en el que debe situarse. Es muy habitual encontrar marcas originales junto con otras realizadas en intervenciones posteriores.

‘Grafitis’

Se trata de marcas que aportan información (son inscripciones al fin y al cabo), pero que a nuestro entender carecen de la entidad suficiente como para ser consideradas decorativas. Suele tratarse de inscripciones realizadas mediante punta seca o buril, en partes no visibles de la obra (aunque conocemos algunos ejemplos inadecuados por su visibilidad).

Se han empleado a lo largo de la historia para ‘marcar’ las intervenciones por parte de determinados orfebres o artesanos: útiles por la información que nos aportan, siempre y cuando no alteren la lectura formal o artística de la obra.

Marcas de restauración

Se trata de punzones que empleamos hoy en día para marcar partes de las obra intervenidas. Marcan cada una de las piezas repuestas en una restauración, perdidas en la obra original. Con estas marcas lo que se pretende es hacer legible una restauración de piezas perdidas en una obra, permitiendo una lectura general completa de la obra, y una segunda lectura más pormenorizada, en la que resulta claramente visible dónde hay piezas añadidas así como el lugar y la fecha de la intervención.

Sello de Piró Orfebres